Economistas en el 100-TIME Hit Parade

Comentaba ayer que somos unos forofos de las listas. Nos encantan. Forbes y Time, desde luego, se lo han currado y han sido pioneras en esta línea de negocio. Darte una vuelta por sus páginas web es como pasear por una feria de vanidades pero muy ordenadita. Además, se han convertido en un terreno de juego para el orgullo nacional. Cada vez que Forbes publica su esperada lista de los más ricos, dejamos por un momento la envidia y empatizamos con los Ortega o Botín, a ver si han escalado posiciones en el medallero. Y nos entristece que desciendan. ¡Que le vamos a hacer, el espíritu de clan tira!
Me resulta más fascinante, sin embargo, la lista TIME de las 100 personas más influyentes del mundo (aquí). Gente que está configurando, en el más amplio sentido de la expresión, el modo en que vivimos. Echar un vistazo a la sección de pensadores es tiempo bien invertido. Además este año, si mi rápida lectura no me engaña, encuentro a dos economistas: Paul Wolcker (aquí) y mi admirado Amartya Sen (aquí), premio Nóbel de Economía y voz discrepante contra el modo en que se entiende actualmente la Economía. Y que quieren que les diga, pues que me alegro. Estar en listas de este tipo tal vez contribuya a dar un poquito de «glamour» a la profesión y quitarnos de encima el tópico de aburridos y la etiqueta de «ciencia lúgubre». Por cierto, etiquetas que nos ganamos a pulso, día a día, a fuerza de una jerga tecnocrática pavorosamente aburrida. Por eso siempre admiraré a John Kenneth Galbraith y su manera de entender la presencia pública del economista.
Un último par de apuntes en relación con las listas. No puede ser que entre los 100 personajes más famosos  de Forbes (aquí) no haya ningún compatriota  y menos aún que Jennifer Aniston, una de mis dos musas virtuales, esté solo en el puesto 26. Habrá que encargar a algún economista que revise y mejore la metodología.