Legados de la crisis (I): Ricos y Más Ricos

Dice nuestro ínclito presidente que lo peor de la crisis ya ha pasado. Y, la verdad, no tenemos por qué dudar de su palabra, más allá de que hay que ir calentando motores para una carrera electoral en la que, por cierto, el PP anda un pelín bajo de forma. Pero bueno, seamos bien pensados y consideremos que a nuestro presidente lo que le motiva es ser transparente con los datos e insuflar esperanza a una alicaída ciudadanía. Además, el hecho de que la oposición y los organismos independientes lo confirmen elimina cualquier suspicacia electoralista. Centrémonos, por tanto, en que «lo peor de la crisis ya ha pasado». Sería pues el momento de ver los destrozos del temporal. Pues bien, parece que a no todo el mundo le ha ido mal.

Como bien refleja el siguiente gráfico en «The Economist», en el año 2012 12 millones de personas superaron el umbral que, técnicamente, les otorga el status de millonarios (tener 1 millón de dólares en activos invertibles); esto es 1 millón más de nuevos ricos respecto al 2011.
Además, no sólo hay más ricos sino que los que había son aún más ricos, en concreto un 10%. Por otra parte, los 3,4 millones de ricos americanos, los 1,9 millones de japoneses y el millón de alemanes acaparan más de la mitad de la riqueza mundial. En resumen, mayor número de ricos y, además, más ricos.
La crítica (que por facilona me despierta cierto pudor demagógico): las crisis no ha sido igual para todo el mundo, ni todos arriman el hombro de la misma forma. Con estos mimbres, no es de extrañar que se cuestione el Estado del Bienestar desde uno de sus santuarios.
El consuelo: Mis lectores ya me han escuchado la cantinela de que «el dinero no da la felicidad» (aquí y aquí) y que quizás «no somos tan pobres«, al menos comparativamente. Por tanto, tiremos de sabiduría popular y concluyamos con que «el que no se consuela es porque no quiere».