Leyendo sobre… “Manías, pánicos y cracs” (una y otra vez)

La semana pasaba andaba de limpieza en el despacho y me topé con el, ya convertido en clásico, libro de Kindleberger “Manías, pánicos y cracs”. Recuerdo que utilicé el libro para un trabajo de la asignatura “Sistema Financiero Español” de cuarto curso de licenciatura. Como soy de natural curioso y, sobre todo, de frágil (y selectiva memoria, según mi entorno más cercano) decidí releer las notas que tenía sobre el libro y el propio trabajo. Y cual no sería mi sorpresa cuando descubrí que aquel trabajo podría ser perfectamente presentado por una alumno 20 años después. En el año 1993 vivíamos una crisis financiera que, salvando las distancias, presenta patrones similares a la actual… y, en definitiva, a todas las crisis que en el mundo han sido. Lo cual me hace preguntarme ¿Seremos incapaces de aprender del pasado?
La tesis principal del autor es que “…los mercados funcionan bien en general y que normalmente se puede confiar en ellos para decidir la distribución de los recursos y, dentro de ciertos límites, la distribución de las rentas, pero que ocasionalmente los mercados estarán abrumados y precisarán cierta ayuda. Naturalmente, el dilema reside en que si los mercados saben de antemano que se les dispensará una ayuda generosa se derrumban con mayor frecuencia a la vez que funcionan con menor efectividad“. Es decir, un clásico problema de riesgo moral: en situaciones críticas hay que rescatar para evitar males mayores, pero la perspectiva del rescate conduce a prácticas  irresponsables y aumenta las posibilidades de llegar a esa situación crítica.
Ahora los bancos son demasiado grandes para caer (TBTF), pero no siempre ha sido así y haber dejado caer a algunos bancos pequeños o medianos quizás hubiera alentado la prudencia y la sensatez en las inversiones financieras, frente a los riesgos desproporcionados y la espiral especulativa. Sadeq Sayeed, un relevante financiero del que ya hablé en otra ocasión, situaba el origen cercano de la presente crisis en el rescate del fondo de inversión “Long-Term Capital Management“. El fondo perdió 4600 millones de dólares con la crisis rusa lo que llevó a la intervención de la Reserva Federal. La importante lección es que el Fondo no era lo suficientemente grande para que su caída pusiera en peligro al sistema, pero transmitió a todo el mundo financiero la seguridad de que la Reserva Federal no dejaría caer a nadie. En otras palabras, la caída no habría tenido impacto sobre el sistema financiero, pero sí lo tuvo la lectura que el mundo de las finanzas hizo de dicha intervención. “Barra libre al riesgo”. ¿Para qué centrarnos en inversiones prudentes y de rentabilidad normal, si podemos conseguir rentabilidades extraordinarias y forrarnos con inversiones arriesgadas? Además, en el peor de los casos, nunca nos dejarán caer.
En segundo lugar, el libro resulta interesante por la familiaridad con que puede releerse a la luz de la presente crisis (no tan diferente de otras anteriores) siguiendo la secuencia (que Kindleberger toma prestada de Minsky): Shock externo (Detonante) =>  Oportunidad negocio => Auge => Expansión Crédito => Especulación-Aumento Demanda => Euforia o sobrenegociación (Manía) => Apalancamiento => Burbujas => Especulación desplaza de objetos valiosos a ilusorios => Aceleración interés, circulación dinero y precios => Alguien decide vender y obtener beneficios => Dudas y Vacilación => Estampida por deshacerse activos tóxicos => Pánico => Crac.