Conferencia en honor de G.C.Harcout

Este fin de semana se ha celebrado en el Robinson College de Cambridge una conferencia en honor de Geoff Harcourt (aquí) organizada por la revista «Cambrige Journal of Economics». Esta conferencia ha sido un encuentro de ideas heterodoxas; pero, sobre todo, un encuentro de amigos, colegas y discípulos, llegados de todo el mundo, para dar tributo a quien consideran uno de los grandes impulsores de la corriente postkeynesiana. Yo lo he vivido desde fuera; como mero espectador. No conozco a la mayoría de los asistentes, más allá de ver su nombre firmando numerosos libros y artículos académicos, pero en el clima de la conferencia y en las conversaciones se palpa el enorme afecto que ha despertado y transmitido la figura de Harcourt en todos ellos. También ha estado presente su familia con emotivas intervenciones. En definitiva, un estupendo y merecido homenaje.

La conferencia llevaba por título «The future of capitalism» y la pregunta que recorría explícita o implícitamente  todas las sesiones es si el sistema económico actual tiene futuro a la luz de los graves problemas que afronta el primer mundo en esta «gran recesión». Paradójicamente, y contario a lo que podría suponerse a primera vista, la respuesta que dan Neoclásicos y PostKeynesianos es la misma: Sí. Ahora bien, la discrepancia está en la «pureza» del sistema. El sentir mayoritario en la conferencia, en la más pura tradición de Keynes, es que el capitalismo es el menos malo de los sistemas económicos conocidos hasta la fecha; de hecho, es un buen mecanismo de asignación de recursos escasos. No obstante, existen ciertas disfunciones que conviene supervisar y controlar. En otras palabras, conviene rebajar la»pureza» de la economía de mercado, pues en altas  dosis puede ser letal. Entiéndase por pureza la visión más radical del Equilibrio General y de la eficiencia de los mercados. ¿Cómo rebajarla? Pues con controles y supervisiones que permitan armonizar las objetivos individuales sin poner en peligro el propio sistema.
Recojo, a continuación, simplemente a modo de inventario, algunas de las interesantes ideas debatidas en la conferencia.
– «Economía del exceso» frente a la «Economía de lo suficiente».- Llegará un momento en que las sociedades ricas y las clases ricas dentro de las sociedades ricas deban considerar que tienen bastante. En un anterior post ya hablamos del tema, y de cómo una creciente desigualdad puede fracturar el consenso sobre el que descansa el sistema. (aquí)
– El cinismo de la corriente ortodoxa al negar los fallos del sistema en la presente crisis del primer mundo, proponiendo más «pureza» en el mercado.- El problema es que la realidad y los hechos son muy tozudos y las cifras de la catástrofe evidentes.
– La regulación «Too-Big-To-Fail» (demasiado grande para caer) en USA ha contribuido a las fusiones y el surgimiento de los megabancos y  ha pasado de ser un instrumento de estabilización a un elemento sustancial en la estrategia corporativa de esos mismos megabancos. Sobre esta cuestión y el riesgo moral asociado a la certidumbre del rescate ya comentamos algo (Aquí)
– La financiarización del sistema (Entendida como una mayor participación del sector financiero en el PIB) es un peligro permanente de crisis cada vez más recurrentes y profundas.
– La ortodoxia económica falla al construir todo el modelo del Equilibrio General sobre la irreal hipótesis del comportamiento maximizador del agente económico en un entorno de información perfecta. La incertidumbre es una elemento esencial del sistema.
Por último también surgió el problema de la «mala salud» de que goza la tradición Keynesiana-PostKeynesiana desde los años 80 y, en particular, la Escuela de Cambridge (desplazada incluso en la Facultad y Ciudad que pueden considerarse su alma mater). El breve renacimiento de la misma en el período 2008-2010, no ha ido más que un espejismo. Entre las razones esgrimidas se encuentra la falta de incentivos para una carrera académica dentro de esta tradición. La mayoría de las revistas académicas publican principalmente artículos «ortodoxos» y esto determina la selección de miembros en los Departamentos.
Por cierto, el propio George Soros, bastante crítico con el estado actual de la Economía, su irrealismo y su escaso acierto en las propuestas para afrontar los desafíos económicos ha creado un instituto (Aquí) que trata de revertir esta situación incentivando (generosamente) otras enfoques de investigación en Economía.