Los índices me gustan. Son una excelente herramienta para transmitir información de forma sencilla y, cuando se consolidan, tienen gran capacidad de impacto mediático, entre otras cosas, porque nos encantan las listas. ¿Que le vamos a hacer? Cada vez que aparece el informe pisa, el índice de desarrollo humano, los datos del banco mundial sobre riqueza… o el medallero en las Olimpiadas lo primero que hacemos es ver donde está España y cargar munición para el debate.
Aparece ahora el Índice Elcano de Presencia Global (aquí) que trata de medir el protagonismo de un país en el escenario del mundo globalizado a partir de las variables económica, militar, científica, social y cultural (No sólo de PIB vive el hombre). Pues bien, ocupamos el puesto noveno. ¡No está mal!. Un poquito de jabón para nuestra maltrecha autoestima. Ahora bien, tampoco nos lo creamos demasiado pues, como los coordinadores del estudio nos advierten en un interesante resumen (aquí), el índice refleja el pasado boom económico (lo que previsiblemente nos hará descender en próximas oleadas). Y lo que es más importante, en el contexto de la globalización arrastramos debilidades en dos sectores clave: el tecnológico y el educativo; que personalmente creo no tienen visos de mejora a corto-medio plazo. Me da que añoraremos este noveno puesto. El año que viene retomamos el tema.