Leyendo sobre… el carácter «científico» de la economía

Acabo de finalizar la lectura del libro The puzzle of modern economics: science or ideology (aquí). Un ensayo, en tono divulgativo, sobre el estado actual de la ciencia económica, la crisis de legitimidad que sufre y las circunstancias que han llevado a ella. Interesante lectura que me lleva a reflexionar sobre los límites de la Economía como ciencia.
El autor centra el argumento a partir de dos ejemplos que ilustran los límites y posibilidades de la disciplina económica. El primero de ellos fue el diseño de las subastas de las licencias 3G en Gran Bretaña; un rotundo éxito. El segundo fue el diseño de la estrategia de transición de la URSS hacia la economía de mercado; un rotundo fracaso. De estos dos ejemplos podríamos extraer las siguientes lecciones: a) los economistas son expertos en diseñar modelos teóricos y cuando consiguen que la realidad funcione como el modelo (diseño de la subasta) los resultados son los esperados en relación con el comportamiento racional-maximizador de los agentes. b) los economistas fracasan cuando se empeñan en hacer caso omiso de la dimensión institucional-cultural de la realidad y considerar que ésta funciona tal y como describen los modelos. A partir de aquí, el libro describe el desarrollo de la disciplina durante el siglo XX, de la corriente principal y de las alternativas heterodoxas, lo que le permite al Backhouse recorrer la tensión entre la elegante modelización-matematización y la falta de realismo y predicción que ha llevado a la Economía a sufrir una profunda crisis de identidad desde el punto de vista metodológico.

Personalmente creo que la economía se equivoca de enfoque al intentar buscar el «prestigio» científico en la modelización matemática. Quien sabe si no nos iría mejor si nos desprendiéramos del complejo de inferioridad y asumiéramos los límites que impone el objeto de estudio (sociedad). Para ello deberíamos cambiar el enfoque y pensar en términos de Economía Política y filosofía moral, como hicieron los clásicos. La matemática no es la única manera de aproximarse a la realidad social; también sirve la lógica argumental y su verificación empírica. En resumen, y parafraseando un conocido adagio periodístico, evitemos el «que la realidad no te estropee un buen modelo».