En las prácticas de Física, una forma habitual de hallar la aceleración de la gravedad, g, es representar la velocidad frente al tiempo de un cuerpo que cae. Si es un objeto lo suficientemente denso, como el acero, la resistencia del aire se puede despreciar. Pero si tratamos de hacer lo mismo con materiales menos densos, como el polietileno y el poliespán (corcho blanco) los resultados son diferentes. Empieza a manifestarse la fuerza de frenado del aire.
Si representamos gráficamente la velocidad frente al tiempo para tres bolas de materiales distintos, acero, polietileno y poliespán, podemos observar numéricamente la influencia de la fuerza de rozamiento del aire, que es debida a la viscosidad de este.
En general, los movimientos de los cuerpos en caída libre rodeados por un fluido (aire, agua) tienden a una velocidad límite cuyo valor dependerá de la forma y densidad del cuerpo en cuestión. Para una esfera de poliespán, como la representada en la imagen, la velocidad límite será de unos 3,20 m/s.
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