Romina Casile. Tesis doctoral.
Director de tesis: José A. Sánchez. 2023
En esta tesis indago en la experiencia del hacer artístico y sus procesos, a partir de la percepción y de las sensibilidades del cuerpo, en diálogo constante con otros artistas y pensadores. Esta investigación se ha conformado desde y con la práctica artística, y a partir de allí, se han configurado zonas de interés que se mueven en torno a la voz, la resonancia y la escritura como espacios de indagación y encuentro, donde pueden tener lugar las transformaciones de vínculos y subjetividades. A lo largo del proceso, pongo en confluencia prácticas artísticas, pensamientos, intuiciones y afectos que rozan, movilizan e interpelan el propio hacer. Encontré en el trabajo junto a y con las imágenes una posibilidad para explorarlas como herramientas críticas, poéticas y metodológicas para enlazar ideas, afectos y cuerpos. Una de las imágenes transversales en este proceso es la nómade miope, que actúa como una de las principales figuraciones que me permite entretejer mi experiencia desde una perspectiva situada y abordar los procesos a través de los cuales se configura la práctica artística. Se despliega como espacio de intersección donde tienen lugar procesos de superposición, mixtura (y también de tensión) frente al encuentro con lo que la rodea. Se trata de una figuración vinculada al movimiento, a lo poroso-permeable y a la capacidad de resonancia, con la cual abordar los procesos de transformación y devenir, propios de los procesos de creación. La pregunta sobre cómo recoger los materiales y conformar escrituras que actúen en resonancia con el modo de hacer de la práctica ha estado presente durante todo el proceso. En este sentido, la escritura se desenvuelve como práctica sensible y en movimiento; como práctica material del cuerpo, del encuentro y de lo inesperado. Una escritura que no sólo recoge lo pensado, sino que es en sí misma una forma de continuar haciendo, pensando, tocando e imaginando. El desarrollo de esta investigación hace hincapié en los procesos somáticos de percepción y enfatiza los vínculos, reconociéndose como el resultado de una práctica colaborativa que ha tenido lugar gracias a un gran flujo de afectividad y al pensar y hacer junto al trabajo imaginativo de otros y otras.