Teatro da Vertigem. 1995
Dirección: Antônio Araújo
Actores: Daniella Nefussi – Mulher de Jó (1995), Joelson Medeiros – Sofar (1997), Lismara Oliveira – Coro (1995-6), Luciana Schwinden – Mulher de Jó (1998), Marcos Lobo – Sofar (1996), Mariana Lima – Mulher de Jó (1995-7), Matheus Nachtergaele – Jó (1995-7), Miriam Rinaldi – Elifaz, Coro, Roberto Audio – Jó (1998), Sergio Siviero – Mestre, Eliú Siomara Schröder – Sofar (1995-6), Suia Legaspe – Coro (1996), Vanderlei Bernardino – Contramestre, Baldad.
Músicos: Alexandre Galdino/José Eduardo Areias – voz, Camila Lordy Costa – teclado/voz, Flávia Campos – voz, Giovanna Sanches/Rita Carvalho – voz, Miriam Cápua/Roseli Câmara – percussão/voz.
Participaron también en la temporada de ese espectáculo los músicos: Adriana Pastorello (voz), Fabiana Lian (voz), Magna Pucci (teclado), Regina Leite (voz)
Colaboradores:
Composición y dirección musical: Laércio Resende
Figurines y maquillaje: Fábio Namatame
Iluminación: Guilherme Bonfanti
Ambientación escenográfica: Marcos Pedroso
Proyecto acústico: Kako Guirado
Coordinacion teórica: Ivan Marques
Diseño gráfico (programa y cartel): Jimmy Leroy (1995), Luciana Facchini (2002)
Programación visual (programa e cartel): Burritos do Brasil (1995), Luciana Facchini (2002)
Programación visual (invitación): Francisco Leopoldo/João Bento (1995), Luciana Facchini (2002)
Fotografía y producción fotográfica (invitación): Fábio Carvalho
Fotografía (divulgación): Eduardo Knapp (1995), Claudia Calabi (2002), Edouard Fraipont (2002), Lenise Pinheiro (2002)
Fotografía (programa): Lenise Pinheiro
Asistente de dirección: Marcos Lobo (1995), Eliana Monteiro (2002)
Asistente de iluminación: Joyce Drummond (1995)
Asistente de escenografía: Sergio Siviero (1995), Vinícius Simões (2002)
Asistente de programación visual (invitación): Yara Goulart
Asistente de programación visual (programa): Sergio Siviero
Ayudantes de figurinismo: Eduardo Oliveira, Stella Bierrenbach, Tina Drug
Ejecución del proyecto de luz: Sidnei Rosa
Confección de figurines: Maison Lucy França
Montaje de luz y escenografía: Agostinho, André Vinicius, Eduardo Justus, Marcos Franja Nelson Ferreira, Sidnei Rosa
Asesoría técnica en ingeniería de seguridad: Marcos Ávila
Operador de luz: Marcos Franja (1995-8), Marisa Bentivegna (1996), Joelson Medeiros (1996), Camilo Bonfanti (2002)
Operadores de sonido: Giovanna Sanches (1995), Rita Carvalho (1995), Cláudio Gutierrez (2002)
Billeteria: Cláudia Veloso
Limpieza y celaduría: Seu José
Asesoría empresarial: Canal Aberto – Márcia Marques
Empresa realizadora: Exzoo Produções Artísticas
Administración y gerencia de producción: Orlando Brandão (1995), João Federici (2002)
Producción ejecutiva: Anna Leonor Silva Costa, Marcos Moraes, Noêmia Duarte
Asistente de producción: Ricardo Resende (1995), João Federici (2002)
Dirección de producción: Marcos Moraes
El libro de Job fue desarrollado preliminarmente en colaboración del dramaturgo con el director durante el año de 1993, y con la participaciónd e todo el grupo de enero de 1994 a febrero de 1995. Esta pieza fue escrita especialmente para el Teatro da Vertigem y para la escenificación de Antonio Araújo.
O Livro de Jó fue desarrollado con la perspectiva de profundizar en elementos trabajados anteriormente y llevar al grupo nuevas directrices. Manteniendo un proceso a partir del desarrollo personal de cada actor, el grupo se colocó frente a una dramaturgia más formal llevando a la compañía el universo de la palabra. Si anteriormente el lenguaje gestual era nuestra manera principal de expresar nuestras reflexiones y vivencias, ahora la palabra empezaba a entrar en el campo de nuestras preocupaciones; la exploración del movimiento coral abre espacio para la construcción de los personajes; las experimentaciones corporales sobre las leyes de la física buscan transformarse en formas de entrenamiento de los estados internos del actor.
Algunas preguntas se colocan delante de nosotros repentinamente. Y estas preguntas, en la medida en que es difícil mantenernos alejados de ellas o resolverlas en una esfera estrictamente individual, acaban por convertirse en el motor de nuestra creación artística.
Fue a partir de estas constataciones/inquietudes que surgió la idea de poner en escena este texto bíblico en un hospital. Espacio por excelencia del “pathos”, del sufrimiento, de la inminencia de la muerte, el enfrentamiento de la muerte, y la constatación inapelable de la vulnerabilidad y fragilidad humanas.”


