Roger Bernat. 2008.
Un proyecto de Roger Bernat e Ignasi Duarte.
Con la participación de taxistas de la ciudad de Barcelona por determinar.
Dirección: Roger Bernat
Dirección vídeos: Txalo Toloza
Escenografía: Max Glaenzel y Estel Cristiá
Producción ejecutiva: Anabel Labrador
Dirección técnica: Txalo Toloza.
Una co-producción de Eléctrica Produccions, Wiener Festwochen (Viena) y Festival Grec’08. Con la participación del Instituto Cervantes y la Dirección General de Cooperación Cultural.
Con la colaboración de Seefoundation y la Asociación El-Nahda (El Cairo); la Galeria zè dos bois – ZDB (Lisboa); el Teatr.Doc. y el New Drama Festival (Moscú); la Fondation Orient-Occident y el ISADAC (Rabat) y Hangar (Barcelona). Y el patrocinio editorial de la Fundación ICO. Espectáculo en Castellano y Catalán.
Rimuski es una guía turística de la ciudad hecha por los taxistas que trabajan en ella. El proyecto se ha desarrollado ya en el Cairo, Moscú, Lisboa y Rabat. Próximamente viajará a Viena y Barcelona.
Primera parte del espectáculo: en el escenario una centralita de taxis con una telefonista que está en contacto con 4 taxistas que trabajan en el exterior. Los taxistas son oídos vía telefónica, vistos en un mapa (google-earth) vía GPS y vistos puntualmente gracias a las webcams de control de tráfico de la ciudad. Los taxistas hacen sus rutas como si se tratara de guías turísticos. 2a parte del espectáculo: los taxistas y la telefonista en el escenario dan una visión de su ciudad y de cómo les gustaría que fuera en el futuro. Para ello hacen acopio de todos sus recursos: fotografías, leyendas urbanas, recuerdos más o menos veraces y la conexión con taxistas de otras ciudades y otros países.
Epílogo: el público es invitado a volver a sus casas en los taxis que han quedado aparcados a la puerta del teatro. En cada taxi hay una cámara que graba el recorrido. Este recorrido es montado por la noche y se proyecta al día siguiente en la 1a parte del espectáculo.
NOTA: El espectáculo se adapta a cada ciudad en el que se desarrolla. Los dispositivos técnicos y escenográficos son fijos, los actores-taxistas y las narraciones son propias de cada ciudad. Es un safari urbano donde las experiencias y los sueños de los taxistas se unen para formar el mapa de una ciudad que también podréa llamarse Rimuski.

